Sobre caminar
Caminar es uno de los verbos más bonitos que tiene el español. Quizá es también una de las acciones más simples y significativas que realizamos, pues caminar es movernos hacía un lugar, un destino, una meta. A mi me gusta mucho caminar. Y aunque he perdido la costumbre, caminar sola es uno de los placeres que más disfruto, porque me permite descubrir cosas y detenerme ante cualquier pequeñez, sin demorar el viaje de alguien más. También disfruto caminar en compañía, pero elijo bien con quién lo hago: caminar, como tomar café, es algo reservado sólo a quienes tienen mi corazón consigo, y esas personas son pocas. Caminar implica decidir: hay lugares por dónde caminar será más difícil, dónde no hay luz suficiente para ver por dónde vas, dónde es fácil perderse. Puedes terminar en otro camino, hacia lugares que no imaginaste; encontrarte con sorpresas no necesariamente agradables. Debes decidir si llevar ropa por si llueve, o ir ligera y con mucho bloqueador. Si sales de noche o ...