Sobre la pasión
Ya llevaba un tiempo sin montar en bici (vacaciones, enfermedad ya superada, bici en reparación) y volver a ella hace un par de días fue toda una revelación. No es que me haya iluminado ya, ni nada, pero si me hizo pensar en las cosas que disfruto mucho, que me hacen sonreír y me hacen feliz sólo con hacerlas. También volví a la guitarra, que hace que la piel se me erice, me deja sonreír y hacer cosas a pesar del cansancio y de la desesperanza. Que me hace feliz, por el hecho simple de poder permitir tanta magia pasando a través de mis dedos, de mis oídos, de mi corazón y me recuerda que no puedo permitir que la vida se me escape por estar persiguiendo estabilidades que son ilusorias e impermanentes, mientras lo importante siempre está al alcance del corazón. Recordé todas las noches que dormía sólo tres o cuatro horas para poder estudiar guitarra, o cuando me levantaba a las cuatro antes de ir para el colegio para ensayar y cuando cerraba los ojos veía partituras. Y las tarde...