Sobre los deberías

No sé si seré yo, pero cada vez veo más listas de cosas que deberías hacer: antes de los 30, o antes de casarte, o si tienes hijos, o si eres mujer, o tantos otros manuales de instrucciones. Según parece, cada vez aumenta el número de gente sabia que tiene todas las respuestas para tu vida y tus problemas. Y cada vez son más los requisitos que tienes que cumplir para vivir plenamente, cuál película dónde el/la protagonista tienen vidas valiosas y emocionantes, o tienen vidas grises que cambian radicalmente siguiendo algún tipo de fórmula mágica.
Entonces, y atribuyéndome poderes mágicos de adivina y sabia sobre la vida, he decidido yo también hacer mi lista, sobre las "10 cosas que tienes que hacer mientras sigas con vida":

 1. Respirar: Este es un requisito esencial, básicamente si no respiras no puedes seguir con vida. Es un imperativo biológico, que debes hacer consciente sobre todo antes de tomar una decisión importante como qué ordenar en una cita, o renunciar a tu trabajo, o botar tus pantalones favoritos, o declararte. (También aplica antes de pasar corriendo una calle, o insultar a tu jefe: es muy importante respirar antes de cometer cualquier tipo de estupidez)
2. Comer con hambre: Parece una obviedad, pero las necesidades deberías llevarlas a cabo cuando las necesitas, y no para cubrir otras cosas. No hay nada más rico que comer con hambre, con ganas, apreciando cada bocado y disfrutando cada sabor. (Aplica para beber, besar, reír, llorar, caminar: son cosas que es mejor y más saludable hacer cuando las necesitas y tienes ganas)
3. Hacer el oso: No importa la edad que tengas. Si pides una hamburguesa en un restaurante de comida thai, si te golpeas con un poste mientras vas distraído por la calle, si gritas cualquier cosa justo en el momento en que todos quedan en silencio en un recinto cerrado: tendrás anécdotas para contar y serás la excusa perfecta para romper el hielo.
4. Tener un trabajo de mierda: En algún momento de tu ciclo vital, tendrás que pasar por un trabajo que te ponga a pensar "qué carajos hago aquí". Son importantes porque te harán buscar cosas mejores y te harán apreciar como sagrado cada segundo de tiempo libre, que antes veías vacío y sin sentido.
5. Tener el trabajo de tus sueños: Preferiblemente después del anterior, que te haga apreciar el valor de levantarte por las mañanas y no sentir agotamiento o decepción, sino realización de saber qué y para qué haces los que estás haciendo.
6. Decir te quiero: Debería ser otro imperativo biológico, porque a veces asumes que vas a vivir para siempre y olvidas a la gente que te hace sonreír, que te espera, que te quiere. Decir te quiero nos recuerda que no estamos solos y que no tiene sentido vivir sin querer a alguien.
7. Hacer lo que se te dé la gana: Comer helado de chicle con menta, ver todos los cuentos de los hermanos Grimm, caminar en la lluvia o cantar a grito herido tu canción favorita. Es preferible hacer esto mientras estás vivo, porque no hay nada más perturbador que un fantasma cantando desafinado "El Rey" de Vicente Fernández.
8. Sonreír sin motivo a un extraño en la calle: Sorprende al taxista que tiene ganas de echarte la madre, o a la señora que te mira como si fueras un atracador. (tener precaución con los y las viejos/as verdes, para evitar dolores de cabeza)
9. Conoce un lugar diferente: y no hablo de ir a las ruinas de Stonehenge, con que cambies de panadería una vez al mes, será suficiente para sentirte como Magallanes (y aprender a ser exigente con el pan)
10. Ignorar los deberías de todo el mundo: Al final la única persona que sabe qué debes hacer eres tú mismo.

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