Sobre la ideología de género.

No quiero que los niños y las niñas se vuelvan homosexuales. No me interesa tener amigos gays. Me importa un rábano si la gente se casa o no, y mucho menos con quién (a menos que me inviten, claro: me encanta el pastel de boda). Y estoy totalmente en contra de la ideología de género que nos quieren imponer sin darnos cuenta.

Voy a ponerlo en orden.

No entiendo cuál es el alboroto con que dos personas se den un beso en una película. O que les enseñen a los niños en el colegio sobre sexualidad, género y orientación sexual. Si entendemos ideología como el conjunto de creencias que caracteriza el pensamiento de una persona, una colectividad o una época; y que por lo general tiene un plan político que apunta a transformar el mundo para convertirlo en un "ideal", ¿qué significa la tal ideología de género? ¿Por qué justo el grupo poblacional que más cuestiona la construcción de "género" entendido como binario e inamovible, es el que justamente plantea y promueve esta ideología? ¿No será al revés?

Quizá la verdadera ideología de género es la que nos quieren imponer los sectarios y moralistas, dónde sólo existe un tipo de hombre y de mujer y no tienen cabida los hombres mechudos y las mujeres "poco femeninas" -mucho menos las personas trans, intersexuales y genderqueer- ni las relaciones "hombre con hombre, mujer con mujer" de las que hablaba nuestra reina de belleza. Esa ideología que obliga al hombre a ser fuerte siempre, a no llorar, a pagar todas las cuentas, y que glorifica a la mujer sumisa y mantenida que sólo existe para conseguir marido y procrear. Esa que nos sigue negando como seres humanos la posibilidad de armarnos y amarnos como queramos.
Esa es la verdadera ideología de género: miedo oculto en el moralismo hipócrita que dice defender a los niños pero los vulnera diciéndoles que está mal ser quienes son, que defiende a la familia negando a sus miembros diferentes, que dice estar basada en el amor pero odia y excluye a todo lo que no cabe en sus estándares. Esa misma que grita ante lo antinatural pero no puede ver gente desnuda.

Es por eso que estoy en contra de la ideología de género: porque me encanta la idea de que los niños crezcan sabiendo que el amor existe y uno puede querer a quien quiera; que el cuerpo propio, como el de los demás es sagrado y que tomar a tu pareja de la mano y darle besos de vez en cuando es perfectamente normal, como lo ha sido siempre. Que el acto sexual es un acto de encuentro, entrega, comunicación y amor que resulta mejor cuando llamamos a las cosas por su nombre y tenemos más información que mitos. Los niños y niñas que tienen orientaciones sexuales y de género diversas también tienen el derecho a saber que está bien sentir, amar y ser como son, y que todo lo anterior aplica sin importar quién sea su pareja o como se construyan ellos mismos.

Me ilusiona un mundo dónde quepamos todos, y no tengamos que preguntar qué es cada quien para poder acercarnos desde todo lo que compartimos. Donde el matrimonio conserve eso de ser contrato y de ser sagrado para quién lo celebra, sin importar con quién ni bajo qué figura se realice. Donde sean posibles todas las familias: papá y mamá, papá y papá, mamá y mamá, tías y sobrinos, abuelos y nietos, perros, gatos y pericos.

Abajo la ideología de género. Defendamos a nuestros niños, y a nuestras familias. 

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