Sobre viajar

"Todo instante es el último, porque es único"
                 M. Yourcenar.

" El día y la noche son los viajeros de la eternidad... Los que pilotan una chalana o llevan todos los días su caballo al campo hasta que sucumben de vejez también viajan continuamente. Muchos hombres de tiempos remotos murieron por los caminos. A mí me ha tentado, a mi vez, el viento que desplaza las nubes, y me ha invadido el deseo de viajar también"
                Basho.

Viajar es una acción que realizamos como especie desde que aparecimos en la tierra. Bien sea por miedo, por buscar algo mejor o sólo por curiosidad, todos hemos sentido alguna vez el llamado del camino. 
Todos viajamos, como bien dice Basho, y hacemos de nuestra vida una travesía; por lo que existen tantos tipos de viajeros como viajes hay en el mundo.
Están los turistas que siguen al pie de la letra las guías de viaje, van sin salirse de los caminos demarcados y toman muchas fotos para demostrar que sí estuvieron allí, pero no se detienen mucho. No se involucran, y rara vez ven más allá de su cámara.
Están los que huyen. Ellos tampoco se detienen mucho: no pueden. Se sienten extranjeros sin importar cuanto tiempo lleven en un lugar. Se saben de paso, porque nunca terminan de huir.
También están los que dejan su viaje al azar. Los que, impulsados por su necesidad de moverse, piensan poco en el destino. A veces se mueven tanto que olvidan ver por donde van, con la cabeza puesta en el próximo viaje. Estos se parecen mucho a los que sólo tienen en mente llegar, que no les importa el camino o medio de transporte, y ni siquiera pueden ver a sus compañeros de viaje, y se pierden del presente por pensar en el futuro.
Los que dejaron que otros eligieran su destino, para así poder culpar al mundo de su infelicidad durante el viaje.
Los que no se dan cuenta que viajan, porque no se detienen nunca y todo parece igual, en una repetición infinita del mismo día.
Por último están los que hacen de su vida un viaje. Son conscientes de que cada instante vivido no volverá a repetirse: cada encuentro, cada paso es un regalo que les es dado para ser honrado, y exige valor y confianza para recibirlo. Saben que los compañeros de viaje sólo los acompañarán un momento, hasta que encuentren su propio camino.
Mi ideal es ser como estos viajeros, que van ligeros por el mundo sin que importe demasiado el final, a pesar de no descuidar nunca la meta. Que están dispuestos a dejarlo todo porque saben que nada les pertenece, pero no desconocen el valor de lo que les fue entregado y cuidan de ello.
Aún me falta mucho para eso. Pero estoy aprendiendo. Mientras tanto, viajo.

* Las citas son tomadas del libro "Una vuelta por mi cárcel" de Marguerite Yourcenar, viajera incansable del tiempo y el espacio.

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