Sobre los juicios.
En un mundo cada vez más conectado, dónde las noticias llegan a la velocidad de un clic, muchas veces los eventos y la necesidad de tener una opinión sobre todo nos supera. Y por lo general nuestras opiniones son perentorias y verdaderas. Y digo nuestras, pues por algo tengo un blog: no puedo decir que sea ajena a este fenómeno de estar comentando todo lo que pasa.
Pero sí me sorprende nuestra capacidad de condenar automáticamente, de tomar partido sin detenernos un momento a reflexionar qué tanta información y qué tanta compasión tenemos de y hacia los otros. Opinamos sobre cosas de las que no tenemos idea, y decidimos si alguien es culpable o inocente, y podemos decir exactamente cuál fue su error, su falta.
La verdad, el evento que detonó este post fue la muerte de un reconocido actor, muy probablemente por su propia mano. Instantáneamente las redes sociales fueron inundadas por la noticia, y todo el mundo lamentaba su pérdida. Y no tardaron en aparecer los juicios: "es una muestra de que la fama y el dinero no lo es todo, quién diría que una persona tan feliz iba a terminar así, seguro se soltó de la mano de dios (con minúscula, porque me refiero en genérico a la deidad que cada quién tenga a bien preferir, no al nombre propio de alguna en particular), eso fue por drogadicto..." y así por el estilo, todo el mundo tenía un juicio. Alguno se indignó porque a la gente le importa más la muerte de uno que la de varios en una guerra, y otro lo confundió con el cantante que tiene un nombre parecido, y de repente todos eramos expertos en depresión, guerra, suicidio, entretenimiento...
Yo respeto mucho la decisión de las personas que deciden acabar con su vida. Entiendo que alguien pueda estar lo suficientemente cansado, desesperanzado, adolorido y desencantado para decidir no continuar peleando. Y además no conozco los motivos de su decisión. Y no sé que haría si me encontrara en su misma posición. Si tal vez haría lo mismo.
Realmente me molesta mucho cuando la gente cree tener la verdad absoluta sobre un tema tan personal. Cuando alguien cree que "su" manera de hacer las cosas es "la" manera. Y más a estos respectos. Cuando estamos tan lejos de hacer algo para ayudar, o para cambiar. Cuando no somos capaces de arreglar las cosas que no funcionan en nuestro cotidiano. Creemos tener las respuestas a los problemas de todos, sean cuales sean: conocemos la cura del cáncer, de la depresión, de la falta de empleo, del miedo, de todos los males que aquejan a otros. Y ni siquiera queremos mirarnos al espejo, y ver cómo solucionar nuestros propios asuntos. Como cuando vemos fútbol y de repente sabemos exactamente cómo debería plantear el juego el entrenador, cómo deberían cobrar ese tiro libre, cómo deberían hacer los cambios. Y cuando vamos a jugar al parque no podemos ni patear el balón.
Quizás este post se contradiga. Quizás sea un juicio más contra los juicios. Quizás sea un intento por imponer a la gente mi manera de opinar. Pero también es una invitación a detenerse un momento antes de escribir, o de hablar, o de solucionarle la vida a otros.
Porque en ocasiones el silencio es la mejor opción, cuando no tenemos nada que decir.
Pero sí me sorprende nuestra capacidad de condenar automáticamente, de tomar partido sin detenernos un momento a reflexionar qué tanta información y qué tanta compasión tenemos de y hacia los otros. Opinamos sobre cosas de las que no tenemos idea, y decidimos si alguien es culpable o inocente, y podemos decir exactamente cuál fue su error, su falta.
La verdad, el evento que detonó este post fue la muerte de un reconocido actor, muy probablemente por su propia mano. Instantáneamente las redes sociales fueron inundadas por la noticia, y todo el mundo lamentaba su pérdida. Y no tardaron en aparecer los juicios: "es una muestra de que la fama y el dinero no lo es todo, quién diría que una persona tan feliz iba a terminar así, seguro se soltó de la mano de dios (con minúscula, porque me refiero en genérico a la deidad que cada quién tenga a bien preferir, no al nombre propio de alguna en particular), eso fue por drogadicto..." y así por el estilo, todo el mundo tenía un juicio. Alguno se indignó porque a la gente le importa más la muerte de uno que la de varios en una guerra, y otro lo confundió con el cantante que tiene un nombre parecido, y de repente todos eramos expertos en depresión, guerra, suicidio, entretenimiento...
Yo respeto mucho la decisión de las personas que deciden acabar con su vida. Entiendo que alguien pueda estar lo suficientemente cansado, desesperanzado, adolorido y desencantado para decidir no continuar peleando. Y además no conozco los motivos de su decisión. Y no sé que haría si me encontrara en su misma posición. Si tal vez haría lo mismo.
Realmente me molesta mucho cuando la gente cree tener la verdad absoluta sobre un tema tan personal. Cuando alguien cree que "su" manera de hacer las cosas es "la" manera. Y más a estos respectos. Cuando estamos tan lejos de hacer algo para ayudar, o para cambiar. Cuando no somos capaces de arreglar las cosas que no funcionan en nuestro cotidiano. Creemos tener las respuestas a los problemas de todos, sean cuales sean: conocemos la cura del cáncer, de la depresión, de la falta de empleo, del miedo, de todos los males que aquejan a otros. Y ni siquiera queremos mirarnos al espejo, y ver cómo solucionar nuestros propios asuntos. Como cuando vemos fútbol y de repente sabemos exactamente cómo debería plantear el juego el entrenador, cómo deberían cobrar ese tiro libre, cómo deberían hacer los cambios. Y cuando vamos a jugar al parque no podemos ni patear el balón.
Quizás este post se contradiga. Quizás sea un juicio más contra los juicios. Quizás sea un intento por imponer a la gente mi manera de opinar. Pero también es una invitación a detenerse un momento antes de escribir, o de hablar, o de solucionarle la vida a otros.
Porque en ocasiones el silencio es la mejor opción, cuando no tenemos nada que decir.
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