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Mostrando entradas de 2014

Sobre los deberías

No sé si seré yo, pero cada vez veo más listas de cosas que deberías hacer: antes de los 30, o antes de casarte, o si tienes hijos, o si eres mujer, o tantos otros manuales de instrucciones. Según parece, cada vez aumenta el número de gente sabia que tiene todas las respuestas para tu vida y tus problemas. Y cada vez son más los requisitos que tienes que cumplir para vivir plenamente, cuál película dónde el/la protagonista tienen vidas valiosas y emocionantes, o tienen vidas grises que cambian radicalmente siguiendo algún tipo de fórmula mágica. Entonces, y atribuyéndome poderes mágicos de adivina y sabia sobre la vida, he decidido yo también hacer mi lista, sobre las "10 cosas que tienes que hacer mientras sigas con vida":  1. Respirar: Este es un requisito esencial, básicamente si no respiras no puedes seguir con vida. Es un imperativo biológico, que debes hacer consciente sobre todo antes de tomar una decisión importante como qué ordenar en una cita, o renunciar a tu t...

Sobre agradecer.

La verdad esta entrada no estaba en los planes (de hecho tengo un par en borrador que esperan salir pronto a la luz) pero entre tantas cosas que me pasan últimamente, entre los trancones de esta ciudad tan extraña y entre el trabajo tan agotador y tan duro a ratos, hoy quería dar las gracias por esos regalos que doy por sentado tantas veces, pero sin los cuáles no valdría la pena continuar. Y es que son tantos y tan increíbles que se hacen cotidianos, hasta que empiezas a extrañarlos: Por la compañía de la gente que amo, que tengo cerca y que no. De mi familia que está siempre a mi lado en las verdes y las maduras; de mis amigos que aún estando lejos no me olvidan y yo tampoco: a pesar de nuestra falta de comunicación las conexiones no se rompen y es un regalo tan maravilloso saberse querido y acompañado a través de tantos días y kilómetros. Los sueños, los amores, los miedos, los momentos compartidos crean puentes más fuertes que los de concreto. Por la compañía peluda en cuatro pa...

Sobre el miedo

Existen monstruos bajo la cama, que esperan el silencio de la noche para llenar nuestros sueños de niebla. Algunos viven en los armarios de las cosas que ocultamos incluso de nosotros mismo, que aumentan su poder mientras siguen ocultos al amparo de las sombras. Otros habitan dentro de las paredes de nuestras ideas, monstruos sólidos e inconmovibles, nutridos de nuestros dogmas y verdades absolutas, dispuestos a matar a la menor provocación y absolutamente ciegos como topos Pero el monstruo que más temo tiene forma de camaleón. A veces se viste de sensatez, otras de precaución y muchas veces de conformidad. Es una goma que envuelve, que asfixia lentamente todo atisbo de valor, que paraliza en cálido abrazo todo crecimiento, y que pudre. Quizá vendría bien recordar que basta encender una luz para que los monstruos queden reducidos a zapatos y juguetes en medio del desorden.

Sobre el día de la raza.

Hace dos días celebramos el día de la raza. O del "descubrimiento" de América. O de la hispanidad. Y siempre me ha sorprendido lo indignados que nos ponemos los latinoamericanos con el tema. Qué vinieron a conquistarnos. Qué nos quitaron lo que teníamos. Qué nos evangelizaron, eliminaron nuestra cultura, y un largo montón de etcéteras. Y siempre me surge la misma pregunta: ¿Acaso no somos descendientes de los españoles más que de los indígenas locales? Por lo menos en Colombia, dónde abundamos los González, los López, los Morillo, los Muñoz, los Cortéz, apellidos para nada aborígenes. Dónde la población indígena es de 3,43%, menor incluso que la Afrocolombiana (10,62%)*. Dónde "indio" es un insulto, y en los colegios vemos español e inglés, y olvidamos cientos de lenguas autóctonas. Nos olvidamos que somos una mezcla de todos los que llegaron y los que ya estaban: españoles, africanos, indígenas... que sin la conquista española simplemente no existiríamos. Que so...

Sobre el reggaeton

No he podido escribir mucho estos días, pero es una de las desventajas de mi nuevo trabajo. La otra, y quizá la más grande es la que pone título a esta entrada: el reggaeton. En días como hoy (trabajo los domingos) llego a mi casa con la cabeza y las orejas contaminadas, y un sentimiento de estupor y decepción. Tengo a mi cargo un montón de chiquitos que adoran este y otros ritmos con temáticas similares, con un ritmo absolutamente pegajoso y letras tan... no encuentro palabras para describir semejante exabrupto. Me gusta considerarme como alguien de mente abierta, pero ver chiquitos de siete años bailar el serrucho con absoluta propiedad y cantando la letra a grito herido me supera. ¿Qué padre amante de sus hijas permite que sus hijos escuchen esta apología al sexo fácil en cualquier lugar? ¿Qué madre deja que sus hijas canten letras absolutamente degradantes? No pretendo ser moralista. No creo que el sexo sea malo, para nada (de hecho es bastante bueno) pero reducirlo a esta anim...

Sobre las preguntas.

La gente hace preguntas que no sé de verdad cómo responder. Quizá es porque son esas preguntas genéricas que se supone uno contesta en automático, porque están ahí, porque la respuesta es lógica; y siempre termino contestando mal, con esa sensación de no estar diciendo la verdad, de estrellarme contra las paredes. Y cómo es muy probable que siga contestando igual, aquí hay una lista de las respuestas que me gustaría dar si no me sintiera como disparada a quemarropa: (huelga decir que por lo general estas preguntas me vuelan la piedra, por eso las respuestas) - ¿Qué música escuchas? Música. La que se hace con más de tres acordes. O más de cinco notas. O con ritmo más interesante que pun-pu-pun pun. - ¿Qué música haces? Hago la música que sale de mis dedos y mis orejas, y de ese lugar de dónde nacen las historias. Y no sé que género es ese, siempre me enredo en las clasificaciones. - ¿Y tú eres católica, o cristiana, o atea? No. Soy budista. No vuduísta (si eso existe), o hinduís...

Sobre los juicios.

En un mundo cada vez más conectado, dónde las noticias llegan a la velocidad de un clic, muchas veces los eventos y la necesidad de tener una opinión sobre todo nos supera. Y por lo general nuestras opiniones son perentorias y verdaderas. Y digo nuestras, pues por algo tengo un blog: no puedo decir que sea ajena a este fenómeno de estar comentando todo lo que pasa. Pero sí me sorprende nuestra capacidad de condenar automáticamente, de tomar partido sin detenernos un momento a reflexionar qué tanta información y qué tanta compasión tenemos de y hacia los otros. Opinamos sobre cosas de las que no tenemos idea, y decidimos si alguien es culpable o inocente, y podemos decir exactamente cuál fue su error, su falta. La verdad, el evento que detonó este post fue la muerte de un reconocido actor, muy probablemente por su propia mano. Instantáneamente las redes sociales fueron inundadas por la noticia, y todo el mundo lamentaba su pérdida. Y no tardaron en aparecer los juicios: "es una ...

Sobre la violencia.

Me resisto a creer que los seres humanos seamos violentos por naturaleza. Veo las noticias: La estupidez absoluta de matarnos unos a otros por creer que tenemos más derecho a existir en un territorio, cómo en Gaza, o la indiferencia más absoluta al ver como nuestros vecinos mueren de sed o de hambre, aquí no más en la Guajira, o la más descarada indolencia con la que un grupo armado justifica sus ataques a poblaciones civiles y se siente atacada, además, cosa que pasa con las guerrillas colombianas. Aún así, me resisto a creer que la violencia sea algo innato en nosotros. Vivo en una ciudad caótica, dónde veo actos de violencia que van desde lo más trivial a lo más macabro: El simple hecho de no ceder una silla sin importar el color, o insultar al conductor porque va despacio o muy rápido; hasta el terrible acto de apuñalar a alguien en el corazón por quitarle el celular. Quizá nos enseñaron que la indiferencia (esa cruel forma de violencia) es más segura que la acción, y hemos de...

Sobre la tristeza

"Y mi tristeza y yo nos amábamos y amábamos el mundo que nos rodeaba. Pues mi Tristeza era de corazón bondadoso, y el mío también era amable cuando estaba lleno de Tristeza."  Khalil Gibrán, El Loco. Hoy estoy triste.  Y no sé porque, la verdad, pero así como a veces estoy feliz sin motivo aparente, también la tristeza llega sin aviso, y se queda un rato conmigo.  Me gusta la tristeza en dosis pequeñas. Es una cosa como dulce y amarga a la vez. Yo me imagino la mía como un animalito peludo y pequeñito, que hace nido en mi pecho y se queda a dormir. A veces duerme una siesta. O hiberna en lo que parece ser un largo invierno. La imagino un poco como la describe Gibrán: como una entidad con vida propia que va y viene a su antojo, que me recuerda la fragilidad, la soledad, la belleza y la distancia. Me recuerda que necesito compañía, que necesito abrazos, que necesito música y atardeceres. Me recuerda a la gente que tengo lejos, a la que ya no volverá, a la que a ...

Sobre los tatuajes.

Quienes me conocen bien saben que me gustan mucho los tatuajes. Ya tengo dos (técnicamente tres) y la idea es hacerme uno(s) más.   El caso es que algunas personas aún tienen un montón de prejuicios sobre los tatuajes. Que son de pandilleros, o de drogadictos, o de gente irresponsable que algún día se arrepentirá de tenerlos. De adolescentes rebeldes y alternativos que se pintan el pelo de colores y se hacen crestas. Otros más piensan que son de ex-convictos. O que fue una decisión tomada a la ligera, en alguna noche de copas, o por perder una apuesta.  Y puede ser.  Pero para mí los tatuajes representan etapas, decisiones, aceptaciones. Representan algo que soy en este momento. Y cuando deje de ser esta persona que soy, serán un recordatorio de esa persona que fui. (creo que conjugué el verbo ser en todos los tiempos tolerados en una frase) Mi experiencia personal con los tatuajes ha sido bonita y mágica, quizá por las cosas que representan para mí y porque h...

Sobre la felicidad (o qué haría si ganara el baloto)

A veces, cuando me asusta mucho la situación, pienso en comprar el baloto. No lo he hecho porque primero me duele gastar $5500 que me sirven para los buses, y segundo porque siento que sería un poco como hacer trampa con la vida si me lo llegara a ganar. Pero no puedo negar que he pensado qué haría con tanto dinero: pagar deudas, donar parte del dinero a alguien que lo necesite, comprar cosas para mi familia y amigos, viajar, estudiar... bueno, lo que todo el mundo "haría" si tuviera tanto dinero de golpe. Estos días, después de planear todo lo que haría con tanto dinero, me puse a pensar que todo el tiempo estamos esperando algo para ser felices: el trabajo soñado, las vacaciones soñadas, la persona soñada, los hijos soñados; todas estas cosas que vendrán después. Vivimos aplazando la felicidad como si fuera un premio, y dejamos pasar los instantes. Siempre esperamos el momento perfecto para arriesgarnos, para hacer ese viaje que siempre quisimos hacer, para hablarle a es...

Sobre género y transmilenio

Hace unos días me pasó una cosa curiosa en transmilenio. Me subí a uno de los articulados que tienen vagones exclusivos para mujeres. Cuándo iba a sentarme, una mujer se me acercó y muy segura me dijo: - Este vagón es sólo para mujeres. - Si, por eso. - Si, por eso, es sólo para mujeres. - Si, por eso, permiso. - Disculpe. A mí, la verdad, me pareció muy divertido todo este episodio. Desde que me corté el pelo, me pasa con alguna frecuencia que las personas me confundan con un hombre. Pero jamás me había pasado que insistieran, mirándome a los ojos, y después de escucharme (mi voz no es nada masculina) en su confusión. Pero la verdad me asaltan las dudas. Primero: ¿Qué tan efectiva es la medida de transmilenio de crear vagones exclusivos para mujeres? Entiendo y he sufrido como todos y todas el acoso y la invasión de la privacidad y el absoluto malestar que implica que todo el mundo lo esté manoseando a uno, pero estos vagones sólo funcionan separados en horas valle, y en pocos...